No lo podía creer cuando supe que la primera alarma de seguridad tiene su origen en el año 1853. Su inventor fue Augustus Russell Pope de Sommerville. Pope creo un dispositivo a base de una campanilla conectada a un circuito eléctrico en paralelo.
Este aparato se ubicaba en puertas y ventanas. Al momento de abrir una puerta o ventana, el circuito generaba por medio de la corriente eléctrica la vibración de los imanes del sistema. Las oscilaciones electromagnéticas sacudían un martillo, el cual golpeaba la campanilla y concebía la alarma sonora.
Su inconveniente o virtud (según el prisma que se mire), era que la alarma no se podía desconectar por efecto de un muelle que mantenía el circuito funcionando permanentemente.
Sin lugar a dudas Pope es el pionero de la alarma de seguridad como la conocemos. Sin embargo, se reconoce a Edwin Holmes como el precursor de las instalaciones de alarmas modernas.
Holmes en 1857 le compro los derechos del invento a Pope. Posterior a ello, fundo la empresa “Holmes Electric Protection Company”. Con una estrategia publicitaria potente instauro la alarma antirrobo asociada a la telegrafía. Sistema novedoso de gran interés en esa época.
Holmes aprovecho el cableado telegráfico para trasmitir la señal de las alarmas de sus clientes hasta su oficina central.
Más adelante, el hijo de Edwin Holmes hizo la jugada maestra. Obtuvo la exclusividad de uso de la red telefónica de Nueva York para trasmitir sus sistemas de alarma por esa red cableada. El éxito fue total.
Otro hito en la evolución de los sistemas de alarma fue la creación de la oficina central de emergencias. Este hito fue establecido por el telegrafista Edward A. Calahan en 1867.
Su invento consistía en colocar una caja de alarma con una campanilla en cada casa de un sector residencial conectadas entre sí. De este modo, se podía determinar en qué lugar se estaba produciendo un robo.
Calahan quiso ir más allá. Entendió que el sistema de alarma aparte de emitir la alerta sonora debía tener asistencia en terreno, para lo cual creo la central de llamada de emergencia.
El servicio consistía en dividir la ciudad de New York en distritos. Cada distrito sería atendido por chicos de recados, quienes acudirían al lugar de la llamada de emergencia a prestar ayuda en el menor tiempo posible. Calahan fue uno de los fundadores de la empresa ADT (American District Telegraph) en el año 1871.
Durante el siglo XX las cajas de alarma de Calahan se masificaron por efecto de la baja en los precios de comercialización. La sociedad en general tuvo más acceso a esta tecnología de seguridad.
En la década de 1970, salieron al mercado los primeros sensores de movimiento. Entre los años 1980 y 1990 los sistemas de seguridad de alarmas tendieron a la estandarización en el equipamiento, lo que provocó una masividad que llega hasta nuestros tiempos.
Hace pocos años atrás, apareció la tecnología inalámbrica, la cual trajo la despreocupación por el cableado extenso en propiedades que los residentes no lo permiten.
Finalmente, con la irrupción del internet móvil y las nuevas tecnologías de geolocalización aparecieron las funciones de monitoreo y control de centrales de alarma a distancia.
Para ello, se utilizan tecnologías como GSM o GPRS, las cuales pueden activar o desactivar la alarma propiamente tal, encender o apagar luces, encender riego automático y varias operaciones más.
La evolución de las alarmas de seguridad no termina aquí. La tecnología avanza tan rápido que obviamente habrá nuevas aplicaciones que permitirán tener un control más eficiente y eficaz de la seguridad de nuestro patrimonio. Un ejemplo es la “la internet de las cosas”